martes, 15 de septiembre de 2009

Friendly Jazz II!


Sí amigos, ya está aquí la esperadísima segunda parte de aquel recopilatorio que revolucionó el panorama musical hace muchos meses ya, acercando a gentes ignorantes de todo el mundo al género elitista por excelencia, y que llevaba por nombre Friendly Jazz!. A base de incesante trabajo, muchísima pasión, y por supuesto, grandes dosis de humildad, nuestro equipo de expertos ha preparado un auténtico petardazo musical que retumbará en vuestros oídos durante una larga temporada.

Como os podeis imaginar, de nuevo se ha cuidado el equilibrio entre los clásicos imperecederos y las desconocidas joyas del vinilo descatalogado e injustamente enterrado en colecciones de vetustos eruditos. El hilo conductor de estos temas es, precisamente, su aparente sencillez, y os aseguro que os llevará bastante tiempo desahaceros de sus pegadizas melodías.

Todo empieza con un enorme Jaco Pastorius, introductor del bajo eléctrico en el jazz, y que, como buen músico de leyenda, era bipolar y murió demasiado joven. Luego está Blue Mitchell, un clásico al que encontrareis en gran cantidad de discos del sello Blue Note durante toda la década de los 60 y que, desgraciadamente, nunca ha gozado del reconocimiento que merece. ¿Qué decir del tercer invitado, el mismísimo Charlie Parker? Todo lo que pudiera escribir es poco y, además, ya está dicho y repetido. Me limitaré a recomendar ese gran cuento de Cortázar, "El perseguidor". A continuación, uno de los más famosos standards de jazz, "Autumn leaves", en la magnífica interpretación de John Coltrane y McCoy Tyner, en un concierto en Estocolmo, en 1963. Más sorprendente es el tema "Fuguetta", que auna un sonido de música clásica con jazz, y que firma el Jack Dieval Quartet, un grupo desconocidísimo que yo descubrí aquí. ¿Qué mas? Pues un poquito de John Patton, organista de Kansas City, una pizquita de Cannonball Adderley (sí, el de "Kind of Blue", tan comentado este año) y algo de un duo de ensueño, Duke Ellington y Coleman Hawkins. Para acabar, un descubrimiento reciente, facilitado por mi compañero von Richthofen: Roland Kirk. Y como colofón, teneis que imaginaros que el último tema es una especie de hidden track. Ya sabeis, uno de esos que aparecían en las cintas cuando, acabada la última canción. Se dejaba pasar un minutillo o dos y, he aquí que resurgía un sonido desde lo más profundo de los tiempos. Pues bien, este sonido aquí es el del saxo tenor de Lester Young, que con su estilo aterciopelado, preparó el camino para grandes como Dexter Gordon y Stan Getz, así como para innumerables imitadores de poca estopa.

Pero bueno, basta ya de texto insustancial y enlaces a la güiquipedia, vamos a lo que hemos venido: aquí os dejo, para mayor gloria de nuestro admirado Emilio Greenberg...

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